II CxM Collados de la Sagra

Fenomenal la II CxM Collados de la Sagra. Lujo de detalles técnicos en Amigos de la Sagra y la web de Miquel. Decir que muy bien organizada. Que nada que ver con la edición del año pasado ya que en esta ocasión se ha subido a la cima, que es lo que los corredores por montaña desean y que pasarlo, lo hemos pasado de miedo.
Me voy a centrar en las personas y el entorno... el que no conozca la zona se está perdiendo un pedazo de mundo precioso, muy precioso.


En esta imagen Cayuelas, Soriano Luis y yo en pleno proceso de
revisión del marcaje, sin pegas. El sábado lo pasamos juntos prácticamente todo el día pista parriba pistapabajo, a un ritmo perfecto que -al menos en mi caso- nos permitió disfrutar de la sierra en todo momento. Una de las grandes virtudes de esta carrera es que toca una variedad de terrenos impresionante. Son unos 22 kms que te permiten llevarte una sensación impresionante.


Pero me falta una presentación: La Sagra, 2.300 y pico metros
de mole preciosa rodeados de encinas, pinos, prados, más montaña, riachuelos... que en invierno son corredores, palas de nieve, pasillos de hielo y todo un mundo de alta montaña que tira patrás. Como se aprecia en la foto, el recorrido atraviesa bosques y zonas peladas de alta montaña. En las sucesivas imágenes ofrezco una pequeña muestra de lo que descubrí.


En primer plano y de espaldas Soriano, de oscuro, algo más arriba Luis. Dejamos atrás el collado de las Víboras. La roca está cada vez más viva. Hay restos de moles de pinos y otros bien plantados a los que hay que pedir permiso y brindar el respeto a toda una vida en ese ambiente tan duro.






En la siguiente imagen ofrese su perfil uno de estos gigantes de la Sagra.
A mi juicio es el gran trofeo de la carrera y del montañero.









También vemos en la siguiente imagen un viejo pino tumbado y carcomido, abrazado por un enebro rastrero y la figura de Manolo y su hijo, dos de los organizadores que estuvieron en la cumbre durante la carrera y previamente balizando a saco.




Son impresionantes las figuras de estos árboles de 2.000 metros hacia arriba... en todas partes, claro, pero a partir de esa cota son como viejos guerreros que aguantan como pueden...





En esta se aprecia parte del descenso, muy técnico, rodeado
por esos árboles que cito. Desde arriba es muy empinado y desde donde está hecha la foto hacia la derecha, más variada por los diferentes tipos de suelo.





Y en estas mi gran compañero Pedro, de Benidorm, haciéndose un copazo después del descenso y segundos antes de hacer meta... Y minutos antes de disfrutar de la comida bajo la enorme carpa montada por la organización para atender a tanta boca ansiosa.



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