Vecinos de Sax alertan sobre la muerte de perros por envenenamiento y otros denuncian el sacrificio de ocho palomos.
PÉREZ GIL El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) ha retirado en las últimas semanas una decena de lazos sin freno y sin placas identificativas destinados a exterminar a los zorros para preservar la población de conejos y perdices. Han sido localizados en dos cotos situados en la Horna Baja de Novelda y en la sierra de la Umbría de Salinas. Así lo han indicado a este diario los particulares que denunciaron los hechos ante el Seprona de Monóvar tras haber detectado la colocación de muchas de estas trampas ilegales y comprobar, además, que en varias de ellas había cadáveres de raposas.
Al carecer estos lazos de freno, algo que está totalmente prohibido por la normativa vigente, las presas mueren por estrangulamiento, hambre o bien desangradas por las profundas heridas que ellas mismas se producen al intentar escapar. Por desgracia es una práctica que se viene repitiendo con cierta frecuencia porque el aumento que la población de zorros ha experimentado en los últimos años ha hecho mermar la caza de conejos y perdices.
Más: INFORMACIÓN.
PÉREZ GIL El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) ha retirado en las últimas semanas una decena de lazos sin freno y sin placas identificativas destinados a exterminar a los zorros para preservar la población de conejos y perdices. Han sido localizados en dos cotos situados en la Horna Baja de Novelda y en la sierra de la Umbría de Salinas. Así lo han indicado a este diario los particulares que denunciaron los hechos ante el Seprona de Monóvar tras haber detectado la colocación de muchas de estas trampas ilegales y comprobar, además, que en varias de ellas había cadáveres de raposas.
Al carecer estos lazos de freno, algo que está totalmente prohibido por la normativa vigente, las presas mueren por estrangulamiento, hambre o bien desangradas por las profundas heridas que ellas mismas se producen al intentar escapar. Por desgracia es una práctica que se viene repitiendo con cierta frecuencia porque el aumento que la población de zorros ha experimentado en los últimos años ha hecho mermar la caza de conejos y perdices.
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